Me han contado hace unos días que por lo general los caballos evitan introducirse en el pasto crecido porque no se ven las patas y se caen. Desde entonces vengo pensando en esto. A tal punto, que al caminar no puedo apartar ya la vista de mis pies un solo instante, por temor a irme al suelo derecho y sin saber cómo sostenerme.
a mi pequeña, que corre en el mundo sin fijarse